El invierno puede llegar a ser un momento muy exigente y estresante para tu caldera de condensación, y en los últimos años un número récord de familias han informado de que se han reventado las tuberías y desglosado las calderas. No hay nada peor que encontrarte sin calefacción en medio del invierno, justo cuando más necesitas tu caldera.
Sin embargo, existen muchas sugerencias para el mantenimiento de la caldera que puedes seguir para asegurarte de no terminar con la caldera rota. Después de todo, incluso una caldera barata podría costarte alrededor de 1.000 €, por lo que es mejor prevenir que curar cuando se trata del mantenimiento de la misma.
¿Qué podría salir mal con mi caldera de condensación?
Las calderas de condensación son el tipo más común entre los nuevos modelos de caldera y son una bendición para las familias que tienen ya grandes costes de gas y electricidad, pero pueden requerir mantenimientos frecuentes.
La buena noticia es que las calderas de condensación son entre un 10% y un 20% más eficiente que las calderas regulares. La mala noticia, sin embargo, es que el sistema es más probable que se congele a temperaturas frías. Por esta razón, es importante tener servicio regular de caldera de gas. Si la temperatura exterior es bajo cero y la caldera de condensación no está funcionando, entonces la tubería de condensado podría congelarse.
¿Con qué debes estar alerta?
El signo más evidente de que una caldera está fallando, sencillamente, cuando no calienta más agua. No hay señal más segura de que una caldera no funciona de que la calefacción no se enciende, pero el problema también puede comenzar mucho antes de eso, así que vale la pena saber qué buscar.
Otro de los aspectos más claros a tener en cuenta es si su llama de la caldera es de color azul claro. Una llama de gas de color naranja o amarillo es un gran indicador de un problema y significa que es hora de llamar a su técnico.
Por otra parte, la presión es otro claro indicador. Si su presión comienza a caer de repente, o por el contrario, si la presión sigue siendo demasiado alta durante períodos prolongados de tiempo, necesitarás en todo caso una revisión de su funcionamiento.
También es una mala señal si escuchas ruidos anormales, sobre todo cuando la caldera se ponga en marcha. Del mismo modo, si tu caldera está utilizando mucho más gas de lo habitual puede ser un problema grave que debe ser investigado a la brevedad posible.
Cómo evitar que tu caldera se congele
Reparar las calderas de gas puede ser costoso, pero podrás evitar así que una caldera se congele. Por ello, tener controlado en todo momento el termostato de la calefacción es una manera de evitar que el tubo de condensado se congele. Esta es una gran manera de evitar asumir un coste caro de servicio de la caldera.
La energía más eficiente de hacerlo es dejar tu calefacción a baja temperatura constantemente. Si bien es probable que cueste un poco más tener tu sistema de calefacción encendido todo el tiempo, podrás ahorrar a largo plazo, asegurándote así que tus tuberías no se van a congelar. Esta estrategia puede no ser adecuado todo el tiempo, pero si hay un tramo particularmente frío clima de invierno es un enfoque a tener en cuenta.
Cómo descongelar una tubería congelada de una caldera de condensación
Si tienes la mala suerte de terminar con las tuberías congeladas, ésta se parará en un punto muerto, pero por suerte es un problema que se puede arreglar fácilmente. Lo mejor que puedes hacer es colocar una bolsa de agua caliente en la tubería, o verter agua caliente sobre ella, para luego reiniciar el termostato.
Alternativamente, puedes hervir una tetera y verter el agua hirviendo sobre las tuberías. Puede que tengas que hacer esto varias veces para descongelarlas adecuadamente. Sin embargo, no cabe duda que solucionarás el problema llamando al servicio técnico para la reparación de la caldera y las tuberías congeladas.