Sillas Lars: ¡Da un giro a la decoración de tu comedor!

¿Por qué hemos decidido titular así nuestro artículo de hoy? La explicación es sencilla. La silla Lars es tan versátil, ergonómica, fácil de mantener y bonita que se convertirá en el centro de atención de tu comedor desde el mismo momento en que la coloques allí.

¿En qué se diferencian las sillas Lars?

Lo primero que nos llama la atención cuando miramos una silla Lars es la estructura de sus patas. Éstas están colocadas de manera que nos recuerda a una pirámide de base cuadrangular, cuyo vértice no llega a juntarse en la base del asiento. En algunos sitios leerás que las patas son un trípode, pero si te fijas, tiene cuatro patas, no tres.

Las patas pueden ser de madera barnizada con acabado natural o de metal en el mismo color que el asiento.

Otra de los aspectos que destaca es el asiento de las sillas Lars, realizado en una sola pieza y en color liso. Podría parecer que no es una silla cómoda, pero nada más lejos de la realidad.  Su diseño, desde el punto de vista de la ergonomía está tan estudiado que muchas personas las utilizan como silla de trabajo.

El asiento de una silla lars es de polipropileno, con una base acolchada para una mayor comodidad. Los colores del asiento (y de las patas metálicas) son muy actuales y variados. Por ese motivo se adaptan bien a cualquier estilo, aunque en realidad se trata de sillas retro que encajan muy bien en la decoración escandinava; es lo que esperaríamos encontrar en una tienda de decoración nórdica.

Es una de las sillas más versátiles que puedes encontrar. Si las elegimos en los colores más sobrios, como el negro o el blanco, tendremos sillas nórdicas; si elegimos colores como el turquesa o el rojo se convertirán en sillas vintage.  De la misma forma podemos jugar con las patas, dependiendo de que queramos un comedor con mesas y sillas vintage o unas sillas escandinavas de madera.

Que tenga tantas posibilidades no es casual. La silla Lars está inspirada en un modelo diseñado por el matrimonio Eames en los años 50, premiada en un concurso del Museo de Arte Moderno de Nueva York por su revolucionario diseño con un asiento de carcasa única y patas inclinadas.

Su equilibrio entre ergonomía y diseño es perfecto. Su forma curva se adapta totalmente al cuerpo y la base aporta gran estabilidad y una estética inconfundible.

Fue el primer modelo de silla de producción industrial. En un primer momento se comenzó a fabricar en fibra de vidrio. Al cabo de los años, debido a los riesgos medioambientales que implicaba la fabricación de este material se decidió sustituirlo por el polipropileno, un material 100% reciclable, de tacto suave y de mayor durabilidad.

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