En la actualidad podemos encontrar una amplia variedad de chimeneas y de estufas de leña con las que conseguir calefacción para nuestro hogar. Cada una de ellas cuenta con diferentes características, que pueden ser más o menos ventajosas dependiendo del entorno en el que se requiera utilizar la estufa.
Por ejemplo, las estufas de acero tienden a ser más livianas que las de hierro, y consiguen elevar la temperatura del lugar con mayor facilidad. Sin embargo, con la utilización de estufas de hierro se puede conseguir que el calor permanezca en el ambiente durante un periodo de tiempo más prolongado.
Por otro lado, las estufas que cuentan con doble combustión mejoran el rendimiento y reducen la emisión de gases contaminantes gracias a que, tras ser quemada, la leña y los gases que se generan son incinerados por segunda vez.
Las estufas de hierro son duraderas y resistentes. Además, dado que el material en el que están fabricadas (hierro fundido) es más maleable, permite dar lugar a infinidad de formas y diseños, así como a situar el lugar de carga tanto de forma lateral como frontal. Por tanto, podemos decir que las estufas de leña fabricadas en hierro son algo más versátiles desde el punto de vista estético.
Por otro lado, la diferencia de las estufas de leña con templador radica en la posesión de una segunda entrada de aire, la cual está conectada a un templador que cumple con la función de precalentar el aire, previo a su entrada en el área de combustión, permitiendo de esta manera una mayor eficacia al quemar las partículas y los gases.
A la hora de elegir una estufa de leña conveniente, es importante tener en cuenta el tipo de espacio que se quiere caldear, además de cómo afectará a la decoración preexistente. Se debe comprobar que el sitio en el que será instalada cuenta con las condiciones básicas necesarias en relación a: espacio, salidas de emergencia y salidas para el humo.
Por otra parte, la potencia también debe ser tenida en cuenta ya que, para espacios muy pequeños y ubicados en zonas no tan frías, puede ser contraproducente la instalación de una estufa con mucha potencia.
También es fundamental tener en cuenta que para la combustión no puede emplearse cualquier pedazo de tronco que nos encontremos. Existen diversos tipos de leña y cada uno presenta diferentes atributos que pueden afectar el desempeño de una estufa determinada.
Finalmente, debe elegirse la estufa pensando en su futuro mantenimiento. Nuestra estufa de leña debe estar limpia para asegurar su correcto funcionamiento y para prolongar al máximo su tiempo de vida útil. Por tanto, si no se dispone del tiempo o la capacidad física suficiente, lo más recomendable sería decantarse por un modelo simple, cuyo proceso de limpieza sea sencillo y rápido. Así, nos evitaremos complicaciones tanto a nivel personal como en lo que al mantenimiento de las buenas condiciones de la estufa se refiere.
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